La marca Salvatore
Ferragamo puede presumir de ser una de las más veteranas del
prestigioso made in Italy. Fundada en el año 1914 por un zapatero
de un pequeño pueblo de la Italia meridional emigrado a los EE.UU.
"En vez de inventar juegos con los otros chicos de mi edad, yo jugaba
a trabajar". Con estas palabras recordaba Salvatore Ferragamo en
suautobiografía, titulada Zapatero de sueños. Nació en 1889, el
undécimo de 14 hijos de una familia de campesinos en Bonito, un pequeño pueblo
cerca de Nápoles, donde abrió su primera tienda de zapatos cuando tan
solo tenía 12 años.
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Salvatore Ferragamo con ormas de zapatos
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Con la industria del cine dando sus primero pasos, Salvatore aprovechó la oportunidad que se le brindaba en Hollywood y creó el calzado de algunas de las actrices del momento: Greta Garbo, Marlene Dietrich, Bette Davis… aumentando así su fama y su prestigio. En 1938, le encargaron la creación de la sandalia Rainbow para el papel de Judy Garland en El mago de Oz.
Desde entonces, el éxito y reconocimiento de la firma no han hecho más que aumentar sin perder un ápice del glamour y el estilo que caracterizaban a las primeras creaciones de la casa italiana. Tanta influencia tuvo entre las celebrities de la época que en 1953 Es el responsable del diseño del stiletto de 11 centímetros que luce Marilyn Monroe en una de sus más famosas películas, Los caballeros las prefieren rubias. Preocupado porque sus zapatos complacían la vista pero herían los pies, ingresó en la Universidad del Sur de California para estudiar Anatomía.
Tras cumplir con su sueño americano, Ferragamo regresó a Florencia y fue allí donde comenzó a gestarse su fama de visionario y gestar su marca. Allí empezó a crear calzado de moda para las más ricas y poderosas mujeres del siglo. En 1929 inauguró un taller en la Via Mannelli, se concentró en el diseño y patentó modelos ornamentales y utilitarios, además de otras invenciones. Aunque se declaró en bancarrota en 1933 debido a una mala administración y a las presiones económicas, Ferragamo expandió sus operaciones durante los años 1950 con un personal de casi 700 artesanos expertos, quienes producían 350 pares de zapatos hechos a mano cada día.
Con el fallecimiento del fundador en 1960, sus herederos se encargaron de la gestión y expansión del negocio. En 1978, La hija mayor de Salvatore, Fiamma, crea los zapatos de salón Vara, uno de los emblemas de la marca y un histórico dentro de la industria del calzado. Con la llegada, en el 2008, de la canaria Cristina Ortiz, fichada para dotar a la ropa de un protagonismo históricamente ensombrecido por los accesorios; zapatos, cinturones, carteras, bolsos, corbatas y relojes de alta calidad constituyen actualmente una fuerte empresa, fruto de la ilusión de un humilde zapatero.


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