martes, 14 de abril de 2015

Moschino: pura extravagancia

Franco Moschino nació en 1950, en un pueblo cerca de Milán, ciudad a la que se fue a estudiar Bellas Artes en 1968. Rápidamente consiguió trabajo como ilustrador en varias revistas, labor que compaginaba con colaboraciones para las marcas como Blumarine.
La firma Moschino nacía a comienzos de la década de los ochenta, en 1983, con la intención, según Franco Moschino de crear “trajes económicos, útiles y prácticos. Con ese aire de desenfado e ironía que tanto necesitamos todos”.  La ropa Moschino es excesiva, extravagante, gráfica, icónica y divertida, muy divertida, desde su debut como modisto en 1983, sorprendieron por su originalidad y valentía, al igual que sus impactantes campañas de publicidad.

Colección de 2014 Inspirada en la muñeca Barbie
Fuente: Eonline

En 1986 lanzó su línea masculina y al año siguiente se atrevió con su primer perfume. En su febril actividad creó también su segunda línea, llamada Cheap & Chic.
En plena vorágine de éxito Moschino abrió, en 1989, su primera tienda en Milán. Un año después sorprendió al mundo con una campaña titulada Stop The Fashion System (Paren el sistema de la moda), con la que alertaba sobre el peligro de convertirse en una víctima de la moda. Ese mismo año recibió el premio Aguja de Oro y abrió su segunda tienda en Milán.

En 1993, para celebrar sus diez años dedicado a la moda, organizó una exposición sobre su obra titulada X Years Of Kaos (X años de caos), en la que quedaba más que patente su gran aportación al mundo del diseño.
En 1994, pocos meses antes de morir, Moschino presentó su primera colección ecológica, llamada Ecouture, toda confeccionada con materiales extraídos de la naturaleza. El 18 de septiembre del mismo año el sida acabó con su vida, pero de ninguna manera con su forma de interpretar la moda.

El espíritu irreverente y contestatario fue uno de los pilares sobre los que se fundó la marca italiana y también uno de los máximos responsables de su éxito. Un éxito basado en el desasosiego del espectador y la ironía del creador que vino a poner patas arriba el mundo de la moda -por aquel entonces un tanto endogámico y conservador–. Su creador siempre se consideró más un artista/publicista al más puro estilo Andy Warhol, que un diseñador al uso. Quizá por ello, la marca encontró en la ironía publicitaria -campañas que junto a las de Toscani para Benetton sentarían las bases de gran parte de la industria de la publicidad contemporánea- el mejor aliado para sus creaciones. Tras unos años en la sombra, la firma vuelve a sonar con fuerza en 2013, tras el nombramiento como nuevo director creativo del irreverente Jeremy Scott. La unión se materializó en forma de primera colección para el otoño-invierno 2014/15.

Colección de 2014 por Jeremy Scott inspirada
 en Mcdonals. Fuente: Polyvore

Fuente: Hola, Vogue

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